Miguel Panadés

La vida se va completando muchas veces por el deseo, la preparación y la casualidad. La suma de circunstancias llevó a Arturo Álvarez a entrenar nada más y nada menos que a las selecciones nacionales masculina y femenina de Paraguay. Su caso fue una coincidencia con una jugadora paraguaya en LF2 y partir de ahí el contacto con el presidente de la federación del país latinoamericano. ¿Casualidad?, es posible pero antes, preparación en los cursos, trabajo como ayudante al lado de entrenadores como Jorge Elorduy, Pablo Laso y Trifón Poch y después, una vez conseguida la oportunidad de dirigir ambas selecciones paraguayas, rendimiento clasificándolas por primera vez a las dos para los Pre-olímpicos.

“Entrenar en el extranjero es una clara opción de los entrenadores españoles ya que somos muchos y el mercado profesional en España es limitado. Pero fundamentalmente has de tomártelo como una experiencia vital de mucho valor y has de hacerlo en unas condiciones personales que te lo permitan”. Y una vez allí, conciencia del nivel que vivimos en España. “En el extranjero valoras todavía más el nivel en España. Pero sin embargo el respeto que se tiene en Sudamérica y también Portugal – entrenó varios meses la pasada temporada – a la figura del entrenador hace que te sientas muy reconocido en tu trabajo. Quizás no económicamente pero sí en cuanto a la consideración de jugadores y entorno”.

Un entrenador que empezó muy joven en esa aventura de intentar buscar una salida profesional en este siempre difícil oficio. Y aprendizaje junto a buenos técnicos como Laso o Poch y anteriormente Elorduy, precisamente ahora seleccionador femenino paraguayo. “Creo que trabajar como entrenador ayudante es algo que deberían hacer todos los entrenadores que empiezan. Ves las cosas con un punto más de frialdad y eso te permite sacar buenas conclusiones sobre lo que se debe hacer y, sobretodo, lo que no se debe hacer”.

De cara al futuro Arturo seguirá como seleccionador masculino paraguayo. “No puedo compaginar las dos selecciones por coincidencia de fechas y eso ha permitido que mi lugar en la femenina lo ocupe Elorduy, precisamente el entrenador con el que empecé como ayudante suyo. Es duro, está lejos, pero es una oportunidad profesional que valoro mucho”.